Calle Condes del Prado

 
 
Esta calle es relativamente reciente, es decir, que no es una calle que perteneciera al casco antiguo de la ciudad, ya que  su inicio se encontraba  junto a la Puerta Nueva de las murallas.
A principios del pasado siglo XX, sólo existía en su primer tramo hasta el inicio de la calle Beatriz de Úbeda y sólo la acera de la derecha, ya que la de la izquierda estaba ocupada por los corrales de las casas de la calle Pinzón.
Desde este punto hasta la carretera de Jaén, únicamente existía una amplia vereda que era conocida como vereda de la Vaporosa, porque conducía hasta la antigua fábrica de aceite y harina existente al otro lado de la carretera de Jaén y de la que hoy sólo queda una pequeña parte de ella, ya que en su lugar se construyó la urbanización "El Molino".
Esta vereda,  atravesaba gran cantidad de eras y tierras dedicadas a la siembra de trigo y cebada, conocidos como verdes.
En el año 1925, fueron inauguradas las escuelas del Ave María, obra que costearon y donaron a la ciudad los Señores Condes del Prado, D. Fernando López de Ayala y su esposa Dª Luisa Dávila  Ponce de León y Pérez de Herrasti. El Ayuntamiento, interpretando el sentir del pueblo y el agradecimiento por dicha donación, dedicó a sus fundadores la calle que se trazó ante este grupo escolar.
Estas escuelas estuvieron bajo el patronazgo del Ave María de Granada, institución fundada por el burgalés  D. Andrés Manjón y que en Arjona estuvieron bajo la dirección de personas tan queridas recordadas y conocidas como D. Rafael Izquierdo en su primera época y posteriormente por D. Juan Miguel González García y por su esposa Dª Adoración Pérez Corral, personas a las que tanto deben los arjoneros por la magnífica labor realizada durante el tiempo que permanecieron entre nosotros. Estas escuelas fueron vendidas por el patronato del
Ave María a Antonio Eslava Castro, y tras ser derruidas se parcelaron para la construcción de viviendas conservándose sólo la casa que ocupara D. Juan Miguel González y construyéndose una calle, bordeando los corrales de las casas de las  calles Beatriz de Úbeda y Calle Donantes de Sangre, antes, travesía de Beatriz de Úbeda, para salir a la calle Ave María, calle que fue dedicada al escritor  arjonero, Juan Eslava Galán.
Las tan conocidas palmeras que había en sus patios de recreo, fueron trasplantadas con éxito, dos de ellas, al atrio de la iglesia de San Martín donde están en la actualidad.
En esta calle, el Ayuntamiento construyó en 1928 una casa, que fue sorteada entre varios obreros, recayendo la suerte en Juan Serrano Pinet a quien le fue entregada en acto solemne el día de su bendición acaecida en 20 de Agosto de aquel año, en que se celebró el tercer Centenario del descubrimiento de las reliquias de los Santos.
Al final de esta calle está situado el cuartel de la Guardia Civil, construido por Regiones Desvastadas después de la guerra, y remodelado y restaurado, tras varios años de abandono, entre el final de pasado siglo y principio de éste.