Calle General Cárdenas Llavanera

 
 
La corta y estrecha calle que va desde la Plaza de Bernardo López hasta  la Plaza de Serrano ha llevado hasta hace unos años el nombre de calle de la Botica, como recuerdo de la farmacia que había en ella desde tiempo inmemorial.

Esta farmacia en los últimos tiempos de su existencia en dicha calle, estuvo regida por D. Francisco Ramos Carderá, que conservaba el título de un boticario del siglo XVII y que se lo regaló a  un colega suyo de Jaén llamado, D. Ramón Espantaleón.
Esta farmacia fue después de D. Manuel de Lara, padre del conocido farmacéutico arjonero D. Luis de Lara Barberán, que dirigió la farmacia de su padre una vez se trasladó a la hermosa casa solariega que había frente al Ayuntamiento y que después se ha convertido en un horrible edificio de viviendas, pese a tener la fachada protegida por los planes urbanísticos.
Pero volvamos a la calle de la Botica, para bautizarla con su actual nombre, Calle del General Cárdenas Llavanera, en recuerdo de D. Joaquín de Cárdenas Llavanera, que tenía, y aún tienen sus herederos una magnífica casa en la acera izquierda de esta calle y terminando en la plaza de Serrano.
A este señor se le debe la existencia en Arjona del Instituto de Bachillerato Rey Alhamar, hoy convertido en una de las secciones del  I.E.S. Ciudad de Arjona, y que gracias a su intervención y gestión fue posible su  definitiva  permanencia en Arjona, cuando se pretendía su traslado a otra población.
Asimismo, su familia hizo donación de unos terrenos adyacentes al grupo escolar de San Juan, donde se construye una sección para alumnos de tres años y que entro en funcionamiento en septiembre de 2002.