Calle Santa Ana
Calle Santa Ana
En ella existe una portada correspondiente a una casa, donde vivió la familia Alférez, llevando dicha portada un escudo nobiliario correspondiente a un apellido que se ignora. En esa casa, nació el General D. Pedro de Morales y Prieto, de cuyo nacimiento se hacía mención en una lápida de mármol que desapareció de dicha fachada en el año 1931 en plena República, frente a ésta, había otra casa con escudo de la familia de Soto de Aguilera y que a finales del siglo XIX fue propiedad de D. Damián Parras Jiménez y después de Dª Manuela Cabañas, Viuda de Barrera.
La antigua ermita de Santa Ana, que fue totalmente reconstruida en el año 1912 por Dª Manuela Talero y Alférez, en 1936, durante la guerra civil, fue saqueada y destruido su interior, quedando sólo la fábrica. En el año 1948, fue derruida para construir en su solar y en los contiguos, las casas de los maestros y los grupos escolares, que fueron bendecidos el día uno de mayo de 1949. Las casas de los maestros, fueron derribadas a finales de los ochenta y construido en su lugar, un hogar para jubilados, un centro de servicios sociales y una guardería infantil, que fue inaugurada por la Infanta Cristina de Borbón y Grecia el día 17 de Noviembre de 1991, cuando vino a Arjona para ser nombrada hija adoptiva al cumplirse el I Centenario de la concesión a Arjona del título de Ciudad por su bisabuela.
Al principio de esta calle, se encuentra la casa que fue construida por D. Manuel de Lara, en las cuadras de la antigua casa de los Carderá. Y que posteriormente fue permutada por la casa donde vivió su hijo D Luis de Lara Barberán, frente al Ayuntamiento, derribada para la construcción de viviendas en el año 2000. Esta casa fue dejada en testamento por D. Fernando López de Ayala y Talero, Conde del Prado, como casa rectoral de la Parroquia de San Martín, y que al ser permutada, la casa de la calle Santa Ana pasó a ser Casa Rectoral de la Parroquia de San Juan, donde vivió el Señor Prior, D. Juan Antonio León García, durante muchos años. A su muerte y con la llegada del sacerdote D. Manuel Peña Garrido a la parroquia de San Juan, esta casa pasó a ser lugar de reunión de los jóvenes de dicha parroquia, pasando D. Manuel Peña a vivir a la casa de la Calle Prioratos. Posteriormente la casa fue vendida a Antonio Parras Sánchez apodado "Buenosaires".