CIENTOS DE ARJONEROS ACUDEN AL CERRO DEL CABEZO PARA DEMOSTRAR SU DEVOCIÓN POR LA MORENITA

 
 

Desde mediados de la semana pasada, ya se veía el movimiento de emigración hacia el cerro del Cabezo de muchos arjoneros. Ya en el Viernes de Romería, pocos eran los que quedaban por salir hacia ese encuentro con la Virgen de la Cabeza. Una Romería que ha estado marcada por el buen tiempo y climatología. La Hermandad de Arjona hacia su presentación en el Santuario hacia las nueve de la noche del Sábado, una vez terminada volvería dos horas después para participar del Rosario que se celebra por las calzadas con la asistencia de las demás hermandades de la Santísima Virgen de la Cabeza. Este año se concluía el Año Jubilar concedido por el Santo Padre y que se inicio el año pasado en la Romería. Por este motivo la imagen de la Morenita salio del Santuario hacia las nueve y media de la mañana del Domingo, con idea de presidir la Santa Misa oficiada por nuestro Obispo de Jaén, D. Ramón del Hoyo y concelebrada por varios curas de nuestra diócesis. Arrancaba de esta forma una mini procesión desde la puerta del Santuario hasta donde estaba instalado el Altar,  los aplausos, vivas, niños y prendas volaban hasta las manos de los Trinitarios que los rozaban con el manto de la Virgen.

Una vez colocada la imagen de la Virgen de la Cabeza en el Altar comenzó la misa, donde en la homilía nuestro Obispo destaco lo importante que había sido este año Jubilar y de los logros que se habían conseguido. La rosa de oro concedida por el Papa Benedicto entubo presente en el acto y como broche de oro a este año Jubilar, el Obispo anunciaba que el Santuario le habían dado el nombramiento de Basílica Menor, algo que se llegaba tiempo anhelando y que por fin se había conseguido.

Una vez terminada la misa, en la cual hubo una lluvia fina que hizo presencia en varios momentos, pero que se disipo cuando  la Virgen se movió para trasladarla a sus andas paro esa lluvia y comenzó una procesión, que este año se ha alargado hasta las cuatro y treinta y cinco de la tarde, mas de una hora de retraso con respecto a años anteriores.

Durante todo el trayecto el varal derecho de atrás era un hervidero de arjoneros agolpándose para poder llevar unos instantes a la morenita, gracias a Amador, Gabi y su hijo Antonio muchos arjoneros pudieron disfrutar estar durante unos minutos bajo la morenita, así como sus Hermanos Mayores que soltaron sus cetros para llevarla durante unos instantes.

Después del encierro de la Procesión, todo volvía a su calma y las miradas de todos los fieles se concentraban en la Virgen pidiendo toda clase de favores, la promesa de volver al año siguiente en Romería.