CRIPTA DEL BARÓN DE VELASCO

 CAPILLA CRIPTA DEL BARÓN DE VELASCO

 

Construida entre 1920 y 1930 a expensas del Barón de Velasco, don Fernando Ruano Prieto, como enterramiento familiar, está situada en los bajos de la Iglesia de San Juan, accediendo a ella por una puerta situada al comienzo del barrio de la Judería, aunque la original se hacía desde la propia iglesia situada en lo que hoy es el sagrario.

El diseñador de este proyecto, fue el maestro italiano Giovanni, marmolista bajo la supervisión del arquitecto Antonio Flores. Consta de una primera planta o Capilla y la propia Cripta a la que se accede por una escalera de caracol, toda forrada de mármol italiano gris. Al entrar en ella, impresiona el rutilante brillo de miles de teselas de vidrio de Murano esmaltado en oro de 23 quilates que cubren la totalidad de sus paredes, en una clara imitación del arte bizantino. Su forma geométrica es circular. En su ábside está representado Cristo Pantocrator, rodeado en las esquinas de querubines. En el frontal y a ambos lados del mismo, existen tres filas verticales de tres nichos cada uno. A cada fila de ellos, está adosada una monumental estatua de mármol blanco de Carrara, que forman el conjunto de las tres virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad, obras del escultor valenciano José Capuz. Las estatuas se desplazaban mediante un juego de raíles que permitían dejar libre el paso hacia los nichos.

Completan la decoración de las paredes unos medio relieves en mármol que representan ángeles en escorzo, rodeados de orlas geométricas formadas por teselas de vidrio de diferentes dolores.

Después de mucho tiempo, en septiembre de 2001, se inician las obras en su primera fase y tas una serie de problemas, a los que inicialmente no se localizaba el origen de unas filtraciones de agua en el interior de la cripta, por fin se abren sus puertas para que pueda ser admirada por el público en agosto de 2002.

En unas obras realizadas en esta cripta, en 1956, se encontró una lápida de mármol de Carrara, que representaba un extraño mandala formado por círculos concéntricos y una estrella de doce puntas circundada por tres letras hebreas. Posiblemente se trataba de una esquemática representación de la mesa de Salomón».

La piedra misteriosa encaja perfectamente con la que también Nicholas Wilcox, describe en su novela «La lápida templaria» y que actualmente está empotrada en el muro derecho bajo el plano inclinado del segundo tramo de escaleras del Ayuntamiento de Arjona.

La lápida Templaria: dibujo geométrico en mármol, encierra en su intrincado cúmulo de estrellas, círculos, cuadros y líneas, el camino para poder conseguir el auténtico saber antiguo, aquel que usaba Salomón. Confeccionada según el arte de la Cábala transmitir a lo largo de los siglos entre iniciados que deseaban remontarse a los misterios de este Dios Universal.

Colocada inicialmente en la Cripta del Barón de Velasco, miembro de la Logia Los Doce Apóstoles, decorando el frontal del altar fue sustraída por un obrero tras las obras de restauración de la iglesia de San Juan en 1956. Recuperada en Granada por Juan Eslava Galán, historiador nacido en Arjona, quien la donó al pueblo. Desde entonces, la lápida ha permanecido empotrada en un muro del patio de columnas del Ayuntamiento de Arjona.