En el Paleolítico inferior que se sitúa entre el período (350.000 a 30.000 a. C.) donde el hombre evolucionaría desde el Homo Erectus al Homo Nearderthal, representa el paso del hombre mono al hombre más parecido al actual y hay abundancia de sílex, variedad de cuarzo que se encontraba en esta comarca.
Este material se utilizaba para fabricar herramientas frotándolo con otras piedras e incluso con materias blandas como hueso, obteniendo un bifaz, herramienta que tenía múltiples aplicaciones aprovechando sus bordes cortantes.
En Arjona, donde hoy está la Plaza de Santa María han aparecido tras investigaciones arqueológicas, la existencia de asentamientos humanos de la época de la Edad del Bronce (3000 a. C.) y también está documentada la existencia de un oppidium romano.
Las tribus béticas que habitaban estas tierras, iniciaron en fecha del siglo I a.C., un proceso de urbanización que afectó a la Bética y a Penibética, conquistados por Graco y que el geógrafo Estrabón, consideraba en vez de cives o ciudades, más bien aldeas o poblados fortificados.
Los orígenes de Arjona se remontan a tiempos donde la mitología se prima sobre la realidad y su fundación se atribuye a los dioses, Baco o Dionisios.
La tipología de los pueblos iberos es compleja. Siguiendo la costa del Mediterráneo desde Andalucía hasta los Pirineos se hallaban entre otros muchos los siguientes pueblos iberos: túrdulos y turdetanos afincados en el valle del Guadalquivir, herederos de la tradición tartésica; el pueblo ibero supo convivir con las tradiciones y costumbres tras la invasión romana como así lo demuestra el hallazgo en Arjona de una necrópolis ibera.
Estos restos muestran la forma de enterramientos y, a través de una urna fechada en el siglo I antes de nuestra era, pequeña de tamaño para acoger las cenizas de sus familiares, de forma cúbica y hecha de piedra arenisca, se le dio el nombre de «caja de los guerreros» debido a que en sus paredes representan escenas de lucha.
Con la llegada de los ejércitos romanos, a partir del 182 a. C. se inicia la romanización en la región, donde se encuentra en la actualidad Arjona y fue testigo de la presencia de los ejércitos romanos de Julio Cesar y Pompeyo, que se disputaban el poder y que lo decidían en la batalla de Munda, cercana a este lugar.
Tras la conquista romana se construyó la villa llamada Urgavo o Urgavo Alba y esta villa junto a Isturgi y Obulco recibieron de Julio Cesar un estatus privilegiado tras la victoria de Munda contra Pompeyo.
Se conoce que en este lugar estuvieron ubicados templos erigidos en honor de Augusto y Plotina, esposa de Trajano.
Tras la dominación romana y la constitución del Municipio Albense Urgavonense, Arjona pasó a formar parte de la órbita romana desde los primeros momentos de ocupación. 197 a. C. englobada en la provincia Ulterior y más tarde en la Bética. Fueron casi siete siglos de dominio que dejó su impronta en el territorio: templos, ciudadela y murallas, villas, costumbres y ciudadanos. Reseñar a Marco Helvio (tribuno y magistrado de la ciudad) y su hija Helvia Albina, madre del escritor Séneca, preceptor del emperador Nerón. Mención especial merecen Bonoso y Maximiano, capitanes de las tropas auxiliares, que recibieron muerte en época de Diocleciano, 308 d. C. al no abjurar de su fe cristiana en la que fue la última persecución romana.
En esta época se identifica con el municipium de Urgavo o Urgavo Alba, que junto con sus vecinas Iliturgi (Mengíbar), Isturgi (Los Villares de Andújar) y Obulco (Porcuna), recibirían de César un estatuto privilegiado tras la batalla de Munda el año 45 a. C. . El arraigo del culto imperial está constatado en varias inscripciones (Ver Patrimonio epigráfico) y en la existencia, según refieren algunos investigadores, de templos dedicados a Augusto, Plotina y Baco.
Con la caída de los romanos pasaron por Arjona, los godos, suevos y vándalos en una época de luchas por el poder en la que los jerarcas apenas duraban unos años, hasta que por fin, con la llegada de Sisebuto, trajo una época próspera y beneficiosa para la cultura y bajo el manto de la religión católica. En el siglo V d. C. llegan los primeros bárbaros (suevos, vándalos y alanos) a Hispania, el poder romano se debilita. Realmente no supuso la hecatombe que en otros países de Europa. Tras ellos llegaron los visigodos, en principio para expulsar a los primeros, más tarde, para asentarse. Al ser el primer pueblo germano romanizado, mantuvieron las instituciones, las leyes y unas infraestructuras ya existentes aunque no consiguieron unirse al pueblo hispano-romano. Arjona pasa sin pena ni gloria, casi como toda España, por esta etapa de su historia.
El descontento del pueblo con los gobernantes visigodos propició el rápido hundimiento de su poder tras el desembarco de tropas musulmanas en España en 711.
Arjona, la Aryuna árabe, y sus gentes, vive este periodo de su historia como uno de los más prósperos. Se intensifican los cultivos, el comercio, se mejoran las defensas, etc. llegando a su culmen cuando en el s. XIII, Muhammad ben Yusuf ben Nasr (Arjona 1195-Granada 1273) se proclama emir el Rey Alhamar.
En plena descomposición del imperio almohade, al-Ándalus está a merced de las apetencias conquistadoras de Castilla. Alhamar de Arjona, sobrio, valiente y modesto, excelente estratega y experto diplomático toma las riendas del poder en 1232 y conquista toda la parte oriental de Andalucía.
En 1244, pierde Arjona a manos de los castellanos y en 1246, Jaén, no sin antes pactar con Fernando III el Santo, su entrega a cambio de declararse vasallo y caballero castellano. Gracias a este pacto, Alhamar pudo fundar el reino de Granada y la dinastía nazarí que durante dos siglos y medio (1232-1492) se mantuvo independiente tanto de los musulmanes del Magreb como de Castilla. Irradiando sobre ellos una cultura cuyo logro más conocido es la Alhambra de Granada, comenzada por el propio Alhamar. Tras la conquista cristiana, Arjona queda libre de musulmanes, abandonándose con ellos las ricas huertas y el comercio que había florecido, los conquistadores (se asientan 273 caballeros) consagran la mezquita a la fe cristiana. Imponiéndose el espíritu guerrero y de conquista que hace de Arjona tierra de frontera.
Los conocidos correspondientes al doblamiento betico eran: Urgavo Alba (Arjona), Villa Gaiena (Jaén), Iliturgi (Mengibar), Isturgi (Andujar) Tucci (Martos), Obulco (Porcuna) y Vergilia (Cambil).
Arjona sería una villa romana próspera durante la presencia romana y cuando su decadencia pasaron por alli,suevos,vandalos,y visigodos hasta que el rey Sisebuto la consolido disfrutando de una etapa de esplendor y prosperidad .Posteriormente la influencia del catolicismo en el reino visigodo tras la conversión de Recadero,origino un periodo turbulento porque se dictaron leyes contra los judíos que era una comunidad muy numerosa allí y se produjeron tiempos de represión y violencia contra este pueblo.
Con la llegada de los árabes el 711,Tareq ordeno construir la Medina ,llamada Qálat Aryuna,donde se asentó el linaje de Banu Bayida tras su conquista.La ciudad participo en las luchas tras la desintegración del Califato de Córdoba y se reforzaron sus murallas.
Es posteriormente en la Edad Media y tras la presencia musulmana y cuando el poderío almohade alcanza su máximo apogeo tras la victoria contra el rey castellano leonés Alfonso VIII en Alarcos, en fecha 1195, cuando el monarca castellano reclama la ayuda de las milicias de la Extremadura castellana y Segovia obtiene nuevas mercedes.
En esta ciudad, nació en 1195, Mohamed ben Yusuf ben Nasar Al Ahmar (El Rojo), mas conocido por ABEN ALHMAR, quien después de negar su obediencia al rey Lobo de Mursiya (Murcia) se apodero de Jaén, sometiendo a Málaga y trasladándose su corte a Almería, terminaría en Granada donde ordenaría construir la Alhambra.
Se construyó una edificación defensiva con tres líneas de murallas, con veintidós torreones, dos torres albarranas, un alcázar, castillo, aljibe que formaban un complejo defensivo de primer orden.
La villa de Arjona fue conquistada el 1244, en el siglo XIII, por el rey Fernando III El Santo, concediéndola la categoría de realengo y se la cede a la Orden de Calatrava.
No obstante, la conquista definitiva de Arjona no se produce hasta el año 1244, por el rey Alfonso X, El Sabio, al estar rodeado de territorio cristiano, por la toma de Porcuna en 1240. En un principio, la villa de Arjona era realenga hasta que Alfonso X El Sabio, se la otorgó al Consejo de Jaén junto a Porcuna. En 1282, su hijo, Sancho IV El Bravo, revoca la orden de su padre y Arjona pasa de nuevo a convertirse en villa de realengo, concediéndole el título de Villa, otorgándola el Fuero de Toledo.
Entre el 1371 y 1390, la independencia del Consejo de Arjona es ratificada por los reyes castellanos, Enrique II y Enrique III. A partir del siglo XV, el rey Juan II de Castilla integra la villa de Arjona, al Condestable de Castilla, Ruy López Dávalos por sus méritos, pero posteriormente cae en desgracia ante éste, y el mismo rey otorga Arjona, con el título de Duque a Fadrique Enrique de Castilla y de Castro, incluyendo las villas de Jimena, Recena, Ibros, La Figuera y otras.
Fadrique, hombre político, utiliza su figura para otorgar sus apoyos a Juan II de Castilla y a los infantes de Aragón, hasta que en 1429 intentó su apoyo a Enrique IV, como futuro rey de Castilla. Su tentativa fracasó y fue hecho prisionero, juzgado y ejecutado y sus posesiones de la villa de Arjona y Arjonilla pasaron a la posesión de D. Álvaro de Luna aunque por poco tiempo.
A lo largo de los siglos XIV y XV, los calatravos fueron extendiendo sus dominios andaluces con la creación de nuevas encomiendas en Jaén (Lopera, Jimena, Arjona, etc.), Córdoba (Fuente Obejuna, Bélmez, Villafranca de Córdoba, Priego de Córdoba, etc.) y Sevilla ( Osuna).
En 1628 se descubrieron restos arqueológicos y restos humanos exhumados por el Obispo de Jaén, D. Baltasar Moscoso y Sandoval y se construyó un Santuario dedicado a los mártires, Bonoso y Maximiano, que hoy actualmente siguen siendo venerados por la localidad.
El siglo XIX comenzó con el azote de los invasores franceses en la guerra de la independencia y saqueo del patrimonio, destacando en la zona por sus acciones bélicas en la comarca de Despeñaperros, afectando incluso a Arjona.
En el año 1833, Javier de Burgos, ministro de Fomento, realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Arjona, dentro de la provincia de Jaén.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las desamortizaciones que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas manos muertas, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia, quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de desamortización de los bienes de la Iglesia para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, natural de Arjona, que gracias a él, recibió el título de Ciudad, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía, quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas, la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, e iniciada la Guerra Civil, Arjona, es ocupada por el bando republicano y Jaén y su entorno son bombardeados por las fuerzas alemanas de la Legión Cóndor que tuvieron un protagonismo en estos hechos bélicos, que forman parte de historia de España.